El martes pasado, tuve la suerte de encontrarme con 1 hora sin nada que hacer. ¡Increíble! No me pasa nunca. No sé. Tengo la sensación de perder mi tiempo. Además esta vez no tenía absolutamente nada que hacer. Estaba un poco alejada de mi casa cuando me cancelaron una cita y 1h30 más tarde tenía que encontrarme con una conocida en el mismo barrio. Entonces, ¿Qué hacer? Empecé a caminar cuando de repente vi unas escaleras. Una cuarentena, las conté. 😉 Enseguida pensé: “Las voy a subir así haré un poco de ejercicio.” Al llegar arriba tuve la sorpresa de llegar a al parque del Turo del Putget. Entré y de allí tuve esta vista:
Me instalé en un banco, empecé a mirar mi móvil, Instagram, mis mails, mis whatsapps, etc. cuando pensé : “Por una vez que no tienes nada que hacer, aprovecha para … ¡no hacer nada!”
La víspera había llovido, las temperaturas eran frescas para ser primavera. Estaba sentada al sol. Cerré los ojos, respiré tranquilamente, profundamente y dejé subir el silencio a la superficie.
Al volver a casa leí una frase de Deepak Chopra que reflejaba lo que sentí: “Sin silencio no es posible apreciar realmente la vida, cuyas fibras más sutiles son tan delicadas como un pétalo de rosa”.